jueves, 5 de enero de 2012

Un revelador libro ferroviario de stock de 1898 1

En una de las primeras consideraciones volcadas en este blog dimos cuenta de algunos consumos frecuentes en los coches comedores de un pequeño ferrocarril patrio, el Provincial de Buenos Aires, allá por 1927. Y al finalizar nos preguntábamos si esa interesante variedad de productos (que hablaba de un buen servicio) era tan completa en una modesta empresa ferroviaria, ¿cómo serían los servicios de bar y comedor en algunos de los grandes ferrocarriles privados argentinos en sus épocas doradas, es decir, a fines del siglo XIX y principios del XX? Pues bien, un notable libro de stock del Ferrocarril del Sud de los años 1898-1899, conservado casi milagrosamente en nuestros días (1), aclara muchas de esas preguntas. En un período de 16 meses (Abril 1898 a Julio 1899 inclusive), este increíble documento nos da abundante data sobre todos los productos que se comercializaban en los trenes y, posiblemente, en algunas confiterías (2) de las estaciones de semejante empresa, que fue la más grande de Latinoamérica durante sus mejores años.


La presente entrada, a la que seguirán no menos de otras cinco -en las que analizaremos las diferentes marcas, presentaciones y precios de vinos, bebidas, cigarros, cigarrillos y alimentos asentados-, es simplemente para someter al conocimiento de los lectores las generalidades del  singular  volumen de marras. Se trata de un típico libro contable de tapa dura con el rótulo FCS SALIDAS, fabricado por el establecimiento gráfico Gunche, Wiebeck y Turtl, sito en San Martín 315 (escritorio) y O´Brien 121 (talleres) de la ciudad de Buenos Aires, que cuenta con un toal de 102 páginas numeradas, de las cuales están escritas 99, que abarcan el período antes señalado. Mes a mes se indican todos los ítems entregados por el depósito del FCS (3) para el consumo en trenes generales de media y larga distancia y, tal vez, en las estaciones (ver nota 2), con indicación exacta de cantidad, unidad de medida (botella, damajuana, barril, tarro, lata, atado, caja, kilos, litros, etc, etc, según el producto),  precio de costo y precio de venta al público. Naturalmente, en el caso de las botellas, cigarros, cigarrillos y otros artículos de venta directa por unidad, esto puede tomarse de manera literal, pero en el caso de los artículos de cocina o de uso a granel como harinas, fideos, café y bebidas en damajuanas o barriles, por ejemplo, suponemos que se haría una estimación de su incidencia en los precios finales, tal como se realiza en cualquier establecimiento gastronómico de nuestros días. Con todo, las revelaciones que da el singular compendio sobre los usos y costumbres del filo del XIX hacia el XX no pueden ser calificadas como menos que extraordinarias (4).



















El arquitecto Daniel Schávelzon, del Centro de Arqueología Urbana de la UBA, quien tuvo acceso al texto en cuestión (5), contabilizó alrededor de 538 productos reflejados en sus páginas, y señala: "la verdad es que es apabullante, acostumbrados a los parcos servicios de comida de los transportes actuales (...) Es tan impresionante a mi modo de ver que vale la pena el esfuerzo de trascribirla, ya que con certeza a muchos les puede servir de información para comprender mejor la envergadura del consumo en la sociedad de finales del siglo XIX. Es cierto que en la lista hay de todo, hay productos que iban dirigidos a los niños y a los adultos, mujeres y hombres, ricos y pobres. No es lo mismo quien tomaba un vino de 50 centavos que quien tomaba uno de $ 5, no es lo mismo sardina que caviar". Y continúa: "pero no deja de llamar la atención que haya en la lista 21 variantes de aguas minerales, 19 de cervezas, 49 refrescos y aperitivos, 51 marcas y tipos de cigarros y cigarrillos, 9 de bizcochos y galletas, cientos de vinos del mundo entero y 14 ginebras, entre otros. Y se vendían vinos en damajuana (hay nueve marcas) y hasta ajenjo –hoy prohibido- también en damajuana, la grappa venía asimismo en esos enormes recipientes con diez litros. Y hay una larga lista de productos para cocinar..."


Por supuesto, de aquí en más no vamos a desmenuzar todos los 538 productos, pero sí trataremos de enumerar los principales dentro de cada rubro de las bebidas, los alimentos y los tabacos, haciendo las debidas referencias sobre los orígenes y la historia de cada marca que valga la pena y reflexionando sobre sus diferencias de precio y calidad. Es que, en esto de los consumos del ayer, hay mucho y bueno para entretenerse...

                                                             CONTINUARÁ...

Notas:

(1) El ejemplar se encuentra bajo la custodia del Ferroclub Argentino.
(2) Jorge Waddell, un experto en historia ferroviaria y miembro de la Fundación Museo Ferroviario, consultado por el que suscribe, señaló que los servicios de bar y comedor del FCS comenzaron en 1896, o sea que eran relativamente nuevos en el momento abarcado por el ejemplar que llegó a nuestras manos. También afirma que las confiterías de las estaciones (muy importantes en los casos de algunas terminales), fueron dadas en concesión por el FCS hasta 1904, año en que se hizo cargo directamente de las mismas. Las preguntas son: ¿serían todas las salidas de artículos para los trenes, o también para las confiterías? ¿Habría también, como alguien conjeturó, ventas directas a los funcionarios del ferrocarril, que aprovechaban así la compra al precio de costo? Al respecto, todos y cada uno de los 16 meses volcados en el libro tienen al final un ítem llamado "ventas directas" expresadas en montos totales, sin especificación de productos. No sabemos de qué se trata, y queda como tema de investigación para este blog.


(3) En 1898, el depósito principal y los talleres del FCS estaban en la estación Sola, en Barracas. A partir de 1901 se trasladaron a Remedios de Escalada, en el partido de Lanús.
(4) Quien suscribe no cree que exista, en la Argentina, otro testimonio tan directo como este libro contable, tan antiguo, y con tantos productos con sus datos explícitos de presentaciones y precios.
(5) Su análisis puede leerse en la web que ya hemos señalado anteriormente: http://www.danielschavelzon.com.ar/

6 comentarios:

  1. Esperando pronto las siguientes entregas sobre este tema, los saludo atte.,
    Pablo Marzilio

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  2. Recuerdo que otras personas han escrito sobre este tema, por ejemplo, el Sr. Marcelo Arcas, citando el libro de Arturo Coleman "Mi vida de ferroviario Inglés en la Argentina" en donde nos cuentan que al extenderse la red del ferrocarril y los tiempos de viaje, el almuerzo y cena se ofrecían en una estación intermedia del recorrido; como los resultados fueron malos, se decidió colocar una cocina en el furgón del tren a Bahía Blanca y ofrecer el servicio a bordo, esto fue en 1891. Le vamos a preguntar a Marcelo Arcas, si recuerda o sabe el menú que sirvió en esa ocasión........creo que lo sabe! Saludos! PM

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    1. Muchas gracias por el aporte. La entrada fue complementada por otras catorce a lo largo de tres años. En el epílogo (agosto 2014) hicimos un resumen de todo ello con los links a cada entrada: http://consumosdelayer.blogspot.com.ar/2014/08/un-revelador-libro-ferroviario-de-stock.html

      Saludos

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  3. Coleman dice al respecto: "El ferrocarril hizo arreglos para que la comida se sirva directamente en el tren. Se colocó una cocina económica en el furgón de encomiendas y el mismo guarda preparaba 2 platos únicos que se componían de bifes con huevos fritos y salchichas de Oxford importadas en latas, o también con huevos, pan, queso, café y una botella de vino francés". La experiencia fue un éxito y en 1896 dos de los primeros coches de cuatro ejes con que contó este ferrocarril, fueron convertidos a coches restaurante.

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    1. Muchas gracias por el aporte. La entrada fue complementada por otras catorce a lo largo de tres años. En el epílogo (agosto 2014) hicimos un resumen de todo ello con los links a cada entrada: http://consumosdelayer.blogspot.com.ar/2014/08/un-revelador-libro-ferroviario-de-stock.html

      Saludos

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    2. Muchas gracias....no busqué en las anteriores entradas! Las leeré! quizá esta reveladora historia (muy buena!) la que comenta el amigo Tandil FC ya esté charlada por Uds.....disculpas si lo reiteré, saludos y gracias, Marzilius.

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