sábado, 15 de diciembre de 2012

Histórico gin tonic en el Casal de Catalunya: crónica de una degustación

En nuestra serie de entradas dedicadas a la degustación de productos añejos no siempre ocurre que se conjuguen estupendamente el lugar de reunión y los productos analizados. Pero esta vez sucedió exactamente así. Elegimos el prestigioso restaurante porteño Casal de Catalunya (1) para realizar la cata de dos joyas alcoholeras de la industria nacional, correspondientes a sendas marcas de gin elaboradas en la primera mitad del decenio de 1960: Royal Ludgate y Hiram Walker. En una breve reseña de las empresas involucradas podemos señalar, por ejemplo, que la Casa Dellepiane (responsable del Royal Ludgate por aquellos años) se fundó en 1898 como firma importadora, pero no fue hasta 1940 que lanzó su etiqueta de producción local  muy célebre en nuestra patria : el “cognac” Tres Plumas. La compañía continúa hoy en el mercado de la mano de la familia que le da nombre, a más de 113 años de su creación. Por su parte, Hiram Walker es una prestigiosa destilería de origen canadiense, actualmente controlada por el gigante francés Pernod Ricard. Por las décadas de 1950 y 1960 tenía su propia filial en Buenos Aires sobre la calle Rivadavia 620. Dos publicidades gráficas de los años cincuenta permiten  esbozar una idea del suceso que ambas marcas lograban en estas latitudes (2).

 
Las botellas de Consumos del Ayer fueron obtenidas vía Internet, como otras veces, y una rápida mirada nos permitió alcanzar la certeza de que ambos artículos habían sido embotellados en el primer lustro de la década de 1960 (3). Así lo confirmaron las estampillas fiscales, los tapones utilizados y otros datos visuales bastante claros para el ojo acostumbrado. La etiqueta del Hiram Walker contenía, además, una referencia de carácter incontrovertible: la leyenda ENV. 1964, indicativa del año de fraccionamiento. Íbamos a probar, entonces, dos ejemplares de gin argentino cercanos al cincuentenario de vida. Para ello convocamos a nuestro equipo regular de cata  (Enrique Devito y Augusto Foix), en esta ocasión ampliado con la grata presencia de un grupo de amigos altamente entrenados en los ejercicios del buen comer y el buen beber. Ellos son Jorge Martínez, Alejo Berraz, Alvaro Canella y el anfitrión Damián Cicero, factótum del excelente restaurante que nos cobijó y encargado de los sabrosos platos servidos al término de nuestro trabajo.
 
 
El proceso de apertura se llevó a cabo sin inconvenientes de ninguna índole, tras lo cual dimos paso a la degustación en dos formas rigurosamente separadas: primero, pequeñas medidas puras en vasos chicos, y luego, bajo la modalidad de gin tonic, en cantidades más generosas y con los vasos largos que corresponden al caso. Todos los presentes coincidieron en el buen estado de los prototipos analizados, llenos de aromas limpios y agradables, elaborados sin dudas con los mejores alcoholes nacionales de la época. Las opiniones generales coincidieron asimismo en destacar el semblante algo más alcohólico del Royal Ludgate, aromático y potente, frente al perfil clásico y elegante del Hiram Walker. Esa diferencia se reflejó también en la etapa del gin tonic, ya que el HW pareció quedar algo “tapado” por el sabor de la tónica y el limón, mientras que el RL mantuvo la silueta espirituosa que resalta su aroma particular.

 
Devito hizo hincapié en los estilos, uno más “argentino”, aromático y dulce (RL), y otro “purista”, fino y seco (HW). Berraz, en cambio, fue contundente al sentenciar que el Royal Ludgate era “más gin”, opinión suscripta por Martínez  de un modo menos terminante, ya que para él resultaba “con más presencia”. Canella, por su parte, dividió las aguas según la modalidad de trago, en virtud de que sus preferencias se inclinaron por el HW bebido solo y por el RL mezclado en gin tonic. No obstante, el grupo coincidió ampliamente en la calidad integral de los añejos productos, doblemente meritoria por esa misma razón. Ello nos llevó al siguiente interrogante: ¿habrán sido mejores, como norma general, los alcoholes argentinos de hace cincuenta años? No es sencillo afirmarlo, pero tal vez sea así en vista de las actuales dificultades para elaborar productos masivos de calidad con el permanente aumento de costos. Tampoco debemos olvidar que las décadas de 1950 y 1960 marcaron una “edad dorada” en la coctelería argentina, al decir de sus veteranos referentes, por lo que no resulta descabellado inferir un mejor nivel de bebidas espirituosas en general. Y también considero, según una opinión personal sostenida por mi modesta experiencia de investigación histórica, que ciertos rubros no muestran  hoy el mismo esmero productivo que existía en aquel entonces. Esa, creo, es la mejor explicación de por qué, sistemáticamente, encontramos en tan buen estado las bebidas y los tabacos de hace cincuenta, sesenta o setenta años, cuando a veces nos sorprendemos por lo mal que se conservan  productos idénticos que no tienen más de diez o veinte años de vida.


Así concluyó nuestra tarea en la elegante barra del Casal de Catalunya. Acto seguido pasamos a la mesa dispuesta especialmente para los sufridos catadores, donde alargamos la velada con buena comida y buenos vinos. Pronto vendrán más degustaciones en las que buscaremos, como siempre, captar los distintos momentos de la historia argentina a través de sus consumos cotidianos.

Notas:

(1) El Casal de Catalunya se sitúa en Chacabuco 863 del barrio de San Telmo. Es un restaurante enmarcado por un antiguo edificio construido hacia 1886 y reformado en 1927 dentro del estilo neogótico barcelonés. Su cocina se especializa en platos de mar, huerta y montaña, con predominio de pescados y mariscos en sofritos y cazuelas. Una mención especial merecen los cochinillos cocinados al horno, que llegan a la mesa tiernos y crocantes.


(2) Además, los avisos ayudaron a confirmar la antigüedad, ya que las ilustraciones coincidían casi perfectamente con nuestras botellas. Las pequeñas diferencias que hallamos se encuadraban con mucha lógica en  los años transcurridos desde la publicación de las propagandas (1953) hasta  la fecha de embotellamiento del Hiram Walker (1964) y, según creo, del Royal Ludgate.
(3) El vendedor señaló que las botellas provenían de un almacén del barrio de Mataderos cerrado hace pocos años. Allí, según su relato, quedaron  intactas  bebidas de todo tipo y edad, incluyendo muchos productos importados. Todo fue vendido en la web.

2 comentarios:

  1. Esto pone luz a porque el gin walker fue el elegido por Enzo Antonietti para su trago mar del plata que gano el mundial de Ediburgo en 1964.Tasncribo la receta sacada de la pagina oficial de la international bartender's association
    http://www.iba-world.com
    Por cierto muy bueno el blog señor.

    MAR DEL PLATA
    1964 Edinbourgh (Great Britain)
    Enzo Antonetti - Argentina
    Category: Pre-dinner Cocktail
    Method: Shaker
    4/8 Hiram Walker Gin
    1/8 DOM Bénédictine
    3/8 Martini Dry Vermouth
    1 dash Grand Marnier
    Garnish: Lemon peel (squeeze)
    Cocktail Glass

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