sábado, 4 de agosto de 2012

Aceite de oliva en la casa del Virrey Liniers

Pocos productos alimenticios están  tan asociados a la historia de los pueblos mediterráneos como el aceite  de  oliva. Por  ese  motivo, no  es  difícil encontrar referencias  sobre  su  consumo en el pasado  de  nuestro  país. Como contrapartida, el hallazgo objetos relacionados al artículo en cuestión  resulta  muy  infrecuente, comparado  con  la abundante existencia de botellas de vino, cerveza y ginebra  preservadas o incluso comercializadas en el mercado anticuario. También es generosa la cantidad de vajilla que atesoran  los diferentes museos argentinos y que da cuenta de muchas de las costumbres gastronómicas locales durante los siglos pasados. Pero de recipientes aceiteros, más bien poca cosa, a no ser por un  descubrimiento arqueológico efectuado hace poco tiempo  a escasos metros del centro mismo de la ciudad de Buenos Aires, en lo que fuera la casa de Don Santiago de Liniers, titular del Virreinato del Río de La Plata entre 1807 y 1809 (1).


Allí, en el antiguo patio colonial de la propiedad, un equipo de arqueólogos argentinos realizó excavaciones durante los primeros meses del año 2012. Luego de varios  intentos infructuosos, los especialistas lograron dar con una cuadrícula tipo “yacimiento”  muy rica en materia de viejos objetos de la vida cotidiana. En ese orden de cosas  se exhumaron dedales de cobre, monedas, amuletos, piezas de vajilla (como un plato de mayólica portuguesa) (2) y hasta una tijera, con fechados que oscilan entre los siglos XVII y XIX. Ocurre que la añosa finca del barrio de San Telmo tiene un pasado muy complejo, como lo explica el arquitecto Daniel Schávelzon, quien señala que “sabíamos que la casa había sido muy alterada y lo confirmamos con los cimientos hallados: debajo de la casa que habitó Liniers había otra más antigua, que a su vez había sido construida encima de otra original, posiblemente emplazada en el siglo XVII.” Pero lo más interesante de todo, a los efectos de este blog, fue el pico de una botija o tinaja  utilizada para transportar y almacenar aceite de oliva. Ciertamente, el exquisito y natural derivado de las aceitunas era un artículo bastante  popular en las colonias españolas por herencia y tradición cultural. Además, se trata del producto oleico más fácil de extraer a partir de su materia prima, incluso con métodos rudimentarios como la molienda manual que se sirve de prensas de piedra (3).


Los mismos recipientes  eran empleados para el transporte de las propias aceitunas o de almendras, frutos secos, vinagre y vino. Pero la experiencia de los arqueólogos pudo precisar el origen exacto de la pieza (o mejor dicho, del fragmento de pieza) y los propósitos precisos de su utilización hace más de doscientos años, cuando la Argentina todavía no era tal. Ahora restan los cuidadosos procesos de restauración necesarios para todos los objetos hallados en las excavaciones, que  incluyen  largas horas de búsqueda de fragmentos coincidentes, limpieza, pegado, clasificación y archivo. Tal vez un día los habitantes de la ciudad tengan finalmente su Museo Arqueológico en un espacio donde todas esos pequeños y preciados tesoros de nuestro pasado puedan ser exhibidos a la comunidad.


Notas:

 (1) La Casa del Virrey Liniers está ubicada en Venezuela 469, en el barrio de San Telmo. Frecuentemente se realizan allí exposiciones y diferentes eventos culturales relacionados con la historia argentina.


(2) Los arqueólogos no tienen dudas sobre ese origen, ya que se trata de un tipo de cerámica con esmalte a base de estaño que comenzó a producirse en Europa a partir de la ocupación  morisca. Data de un período comprendido entre los años 1600 y 1650.


(3) A diferencia del maíz, el girasol o la soja, que requieren de procesos intrusivos, altas temperaturas y  solventes para la extracción oleosa, las olivas sólo deben ser prensadas para lograr el mismo fin. Por esa razón es uno de los aceites naturales más antiguos utilizados en el mundo occidental.

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