jueves, 9 de agosto de 2012

La vitivinicultura del centenario 1

No muchos argentinos saben acerca de lo bien que se presentaba el futuro para nuestra patria en 1910, cien años después de su creación. Los festejos del centenario tuvieron como marco a un país que se había vuelto pujante  en todos los órdenes, luego de largas décadas de desencuentros. La  primera  década  del  siglo XX  resultó  ser contemporánea al enriquecimiento de la república en base a un modelo agroexportador, a la afluencia masiva de inmigrantes europeos y al poblamiento y explotación de las regiones más ricas de nuestro territorio. Mientras tanto, los antiguos enfrentamientos se habían atenuado, la  política  se había  vuelto  una práctica pacífica y los acuerdos proliferaban.. En esa coyuntura económica y social tan favorable florecía una industria del vino no menos prometedora, que comenzaba a cobrar dimensiones realmente importantes frente al desafío de ofrecer productos de buena calidad y proveer el suministro necesario para la creciente población. La introducción de variedades europeas de uva en 1853, el arribo del ferrocarril a las tierras de Cuyo en 1885 y la masiva llegada de pobladores extranjeros - algunos deseosos de producir vino y muchos de consumirlo - habían acelerado considerablemente el fenómeno, como lo demuestra el siguiente cuadro comparativo.


Evolución del viñedo argentino entre 1872 y 1910
(cifras expresadas en hectáreas)

1872                      3.650
1888                    25.654
1895                    33.459
1907                    55.529
1910                  121.137

En los primeros años del siglo XX ya existía una importante oferta de vinos finos, generalmente imitaciones de algunos productos europeos que constituían la base del consumo de las clases acomodadas, junto a una fuerte importación de los vinos  franceses  más  famosos. Además se elaboraban vinos de menor valía destinados a las clases menos pudientes, pero todos los registros hacen suponer que las etiquetas más modestas de la época eran significativamente superiores a sus similares de cincuenta o sesenta años después. Los indicios sobre esa actividad vitivinícola de hace cien años resultan sorprendentes por la cantidad de circunstancias comparables a las actuales. No deja de asombrar, por ejemplo, el amplio predominio de las variedades finas por sobre los cepajes comunes, con el Malbec a la cabeza de las tintas y el Semillón reinando entre las blancas. Los viñedos también rebosaban de Cabernet, Verdot, Pinot Noir, Torrontés y Sauvignon, como exponentes emblemáticos de una clara y genuina intención de producir vinos respetables. El marcado interés en experimentar con nuevas variedades de calidad  es una circunstancia de la época históricamente incuestionable; bien puede afirmarse que el abanico ampelográfico tan propio de los viñedos argentinos empezó a gestarse durante la primera mitad de esa década de 1910, cuando no faltaba mucho para que entraran en escena más cultivares prestigiosos como el Merlot, el Syrah y el Chardonnay. Otra acentuada semejanza con la industria de hoy es la proliferación de nuevos establecimientos, especialmente por el carácter pequeño, artesanal y familiar de muchos de ellos, en contraste con la tendencia al gigantismo que caracterizaría al sector a partir de la Segunda Guerra Mundial.


Producción de vino por cantidad y capacidad de bodegas, año 1910
(en todo el territorio nacional)

2564  bodegas de menos de 500 hectolitros:       16.725.719 litros
468  bodegas de 500 a 2000 hectolitros:             28.492.319 litros
165  bodegas de 2000 a 5000 hectolitros:           41.230.369 litros
125  bodegas de 5000 a 20.000 hectolitros:      112. 197.406 litros
25  bodegas de 20.000 a 40.000 hectolitros:       73.638.426 litros
10  bodegas de 40.000 a 80.000 hectolitros:       50.099.316 litros
2  bodegas de más de 100.000 hectolitros:         41.229.237 litros

3361  bodegas                                                     363.602.792 litros

Pero también se perciben, en otros sentidos, diferencias abismales. El virtual monopolio de las provincias cuyanas en materia de vinos estaba lejos de materializarse durante los primeros decenios del siglo XX. Aunque Mendoza y San Juan se situaban en primer lugar en las estadísticas (con una sorprendente similitud de hectáreas dedicadas a la vid), existía un importante desarrollo en otras provincias que décadas más tarde acabarían por desaparecer del mapa vitivinícola nacional, como Entre Ríos y Buenos Aires. Algunas regiones actualmente reconocidas, en cambio, apenas daban sus primeros pasos en la actividad y su presencia en las estadísticas era casi marginal. Tal es el caso de Río Negro y Neuquén, que hacia 1910 atesoraban sólo 557 y 24 hectáreas de vid, respectivamente, frente a las 596 de Santiago del Estero o las 333 de Santa Fe.


En esa realidad dinámica y esperanzadora, no obstante, se estaba gestando el germen de la lucha entre calidad y cantidad. Un informe privado de 1912 ya señalaba que los 400 millones de litros de vino producidos en el país apenas constituían la mitad de las necesidades de consumo para los habitantes de aquel tiempo, cálculo basado en la prudente estimación de los requerimientos de la dieta del argentino normal: un mínimo de medio litro diario. Así, no eran pocos los viñateros entregados incipientemente a producir vinos de uvas criollas con el propósito de aumentar rápidamente el volumen, si bien  todavía  eran  poco  frecuentes  los  vinos elaborados únicamente en base a variedades comunes. Lamentablemente, en contraste, empezaba a ser normal la práctica de cortar los vinos de Malbec, Cabernet, Pinot o Semillón con esos caldos de calidad inferior, como señala el informe del doctor Pedro Arata publicado en el año 1905. Todo esto se producía en medio de un verdadero frenesí por encarar la  producción  y  abastecer al anhelante mercado doméstico, al punto tal que la superficie dedicada al cultivo de la vid en todo el país se duplicó entre 1907 y 1910.

Distribución del viñedo argentino, año 1910
(cifras expresadas en hectáreas)

Mendoza                     48.500
San Juan                     48.432
Catamarca                    7.129
Entre Ríos                     4.875
Buenos Aires                 3.256
La Rioja                         3.245
Córdoba                        1.594
Salta                              1.121
San Luis                        1.105
Otras provincias            1.880

 TOTAL                     121.137


                                                         CONTINUARÁ…

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