El Segundo Censo Nacional de la República Argentina,
realizado en 1895 (el primero fue en 1869), tuvo alcances superadores
del mero análisis poblacional, ya que
incluyó una profusa cobertura económica mediante los llamados “boletines” de
comercio, industria, agricultura y ganadería. También se hicieron boletines
especiales sobre ciertas actividades concretas y un Censo
Fluvial donde quedaron asentados todos los navíos amarrados en cada puerto
argentino al momento de la compulsa. Para nuestra fortuna, los viñedos también
aparecen en boletines independientes que actualmente atesora y custodia, junto
al resto, el Archivo General de la
Nación. En oportunidad de encontrarme recabando información para nuestro
otro blog Tras las huellas del toscano
me vi súbitamente sorprendido por el hallazgo imprevisto de siete viñedos establecidos
dentro del territorio de la Capital Federal.
Ya en ese momento sabía bastante sobre uno de ellos (el de
Santiago Rolleri, que fue presentado aquí hace un par de años) (1) y sospechaba
que había otros, pero ahora tenía delante de mí una data histórica complementaria y confirmatoria de primer orden, pormenorizada, precisa e incontrovertible. No lo pensé dos veces y volví al AGN con el
sólo propósito de apuntar dicha información testimonial para volcarla en este espacio de una manera que no tiene antecedentes en Consumos
del Ayer: mediante una serie de cuatro entradas consecutivas que serán
subidas una detrás de la otra en un lapso de tiempo relativamente corto. En la
presente haremos un prolegómeno general de presentación, en la segunda y
tercera volcaremos la información propiamente dicha y las evidencias accesorias
que pudimos encontrar por otros medios, y en la última vamos a analizar todo lo
apuntado a fin ubicarlo en el contexto temporal de finales del siglo XIX, tratando de responder algunas preguntas sobre cuándo, cómo y por qué desaparecieron
estos emprendimientos vitícolas porteños.
Una aclaración necesaria en virtud de las próximas elucubraciones es la ubicación geográfica de lo que
se daba en llamar “secciones”. En el caso de la Ciudad de Buenos Aires, los
censos del siglo XIX siguieron un patrón de jurisdicciones coincidentes con las
seccionales de policía, es decir, con la demarcación correspondiente a cada
comisaría de la época. Desde luego, los viñedos censados se ubican en zonas que
por aquel tiempo aún presentaban un panorama oscilante entre suburbano y semi
rural, cuyo paralelo de nuestros días no se encuentra antes de 60 kilómetros a
partir del centro de la ciudad. Pero los barrios “viñateros” de 1895 resultan
sin duda asombrosos para nuestra lógica urbana actual, toda vez que ha
desaparecido de ellos cualquier rastro vegetal con excepción del arbolado y el
escaso césped en aceras, plazas, parques y algún que otro pulmón de manzana
particularmente frondoso. ¿De qué barrios hablamos? Veamos lo concerniente a
las secciones censales que nos interesan:
Sección 23: barrios
de Belgrano, Colegiales, Núñez, Saavedra y Coghlan.
Sección 24: barrio
de Caballito.
Sección 25: barrios
de Flores, Villa Santa Rita y Villa General Mitre.
Sección 26: barrio
de Floresta
Posteriormente logramos localizar con mayor certidumbre a
ciertos productores recurriendo a antiguos documentos cartográficos. De los
siete, situamos a tres de con absoluta certeza en un mapa de ese mismo año: Santiago Rolleri en Caballito (que ya lo
teníamos), José Sanguinetti en
Coghlan y Agustín León en Villa Santa
Rita. Un poco más genérica es nuestra noción en los cuatro casos restantes: Otero y Pelliza en puntos indeterminados de la sección 23, Inver Roman en alguna parte de Flores y Fortunato Stolbizer en un incierto lugar
de Floresta. Ya avanzaremos sobre eso y sobre los cultivos de cada uno, las
características de los terrenos, las variedades que producían, las pestes que los
azotaban , los métodos utilizados para combatirlas, el uso que le daban a la
uva, e incluso algunos apuntes interesantes de fuentes complementarias
relativas a sus grupos familiares. Todo eso en las próximas tres entradas,
realmente muy pronto.
CONTINUARÁ…
Notas:
(1) Varios otros datos se suman a lo que sabíamos sobre
Santiago Rolleri. Además de lo que veremos pronto sobre su viñedo, dimos
con la ficha de la bodega en el Boletín Industrial. Entre otras curiosidades, mientras la viña aparece a nombre del patriarca (italiano), la bodega figura
como propiedad de sus hijos Santiago y Vicente (argentinos), tal cual lo
sugería la información que volcamos en las entradas del 19/5/2013 y 26/7/2013.
También logramos localizar el establecimiento en la sección correspondiente del censo de población, donde podemos apreciar a Vicente Rolleri junto a
otro joven miembro de la familia y varias personas que sin duda fueron
registradas en sus lugares de trabajo: operarios italianos, un tonelero
español, un foguista (quizás para atención de calderas), una mucama y un
cocinero. En las páginas siguientes aparecen más personas como “agricultores”,
tal vez el personal que trabajaba en el viñedo, pero la falta de precisión
sobre dónde termina el informe de un
domicilio y comienza el de otro nos impide tener más seguridades al respecto.
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