Según el historiador Andrés Carretero, el nombre linyera tiene dos posibles orígenes: el
piamontés lingera o el francés linyerie, ambos utilizados para designar el atado donde guardaban
sus escasas pertenencias, consistentes en algo de ropa y mínimos enseres para
comer. Su vida errática, trashumante y vagabunda sirvió para crear innumerables
piezas de la literatura y el cine (3), que muchas veces idealizaron esa
filosofía de vida consistente en ganarse la vida con trabajos temporarios y mal
retribuidos, pero con la contrapartida de una absoluta libertad individual. El
linyera jamás se conchababa en algo fijo, por más buena que fuese la paga. Ni
siquiera el corazón lo ataba a un lugar
determinado: así como el marinero tiene un amor en cada puerto, el linyera
podía tenerlo en cada estación de tren. Pero nunca “sentaba cabeza”, porque eso
significaba renunciar a un modo de vivir transitado con orgullo, por propia
elección. Eran hombres curtidos por el sol de los veranos y por los vientos del
invierno, acostumbrados a vivir y dormir a la intemperie, más allá de las inclemencias climáticas. Ahora bien, en ese mundo tan singular, dotado de fuertes
relaciones internas (cada linyera consideraba a sus pares como hermanos), era
lógico que se desarrollara una jerga a la que sólo tenía acceso sus integrantes.
Las siguientes son algunas de las voces y verbos más usuales en aquel argot
olvidado, entre los que podemos encontrar varios vocablos relacionados con el
comer y el beber:
- Bataclana: gallina
- Batir la católica: tocar
la campana
- Farmacia: cocina
- Flotante: pato
- Fruqui: guiso de
gallina
- Hacer galopar la
pera: comer apurado
- Hacer una farmacia: robar
en una cocina
- Juan Figura: policía
- Máquina: revolver
- Maranfio: guiso
en general, puchero.
- Mono: atado de
ropa colgado al hombro
- Otario: pavo,
ave grande
- Pistolear:
mendigar
- Roque: perro
- Sacar la pistola: ir
a pedir
- San Roque: linyera
con perro
- Tártago: mate
- Vitrola: lata
pequeña para tomar mate
Los crotos tenían un
cierto poder de auto convocatoria y fueron varias las ocasiones en las que
hicieron escuchar sus reclamos. En 1935, por ejemplo, se declararon en huelga
al no recibir respuestas para su demanda de mejoras en la retribución por bolsa
cosechada. El paro concluyó con un éxito relativo, pero quedaron en el recuerdo
los nombres de algunos de sus más fervientes impulsores: Miguel Schiaffino,
Domingo Montiel y Lucio Strato, de Bragado, Juan Miguez, de 9 de Julio, y
Antonio Lezcano, de Mechita.
Como tantas otras cosas, la vida de linyera fue
desapareciendo a la par de los trenes, las vías y el cereal embolsado. Las nuevas prácticas agrícolas y la paulatina regularización del mundo laboral influyeron en ese eclipse, que no logró alejar
de la memoria colectiva aquel semblante tan tenaz como trotamundos, mezcla rara
de bohemia y dureza física. No está de más recordar, a modo de corolario, la vieja costumbre almacenera de los cinco
centavos: los días sábados, en un plato, los parroquianos dejaban cinco
centavos. Cuando el croto llegaba, retiraba su moneda, a condición de comprar
algo en el almacén.
Notas:
(1) El mote proviene de José
Camilo Crotto, gobernador de la Provincia de Buenos Aires en el período
1918-1921. Durante su gestión se firmó un decreto por el cual los trabajadores
golondrinas estaban autorizados a viajar en tren sin abonar boleto.
(2) El atorrante fue
el primer vagabundo tipificado de nuestro país. Apareció en las grandes urbes
hacia 1880, y se dice que su denominación proviene de los caños de la empresa A. Torrent empleados en obras públicas de
desagüe, dentro de los cuales dormían estos personajes.
(3) Un fenómeno similar, pero de proporciones mucho mayores,
ocurrió en los Estados Unidos luego de la crisis de 1930. De allí surgió una
categoría de hombres denominados popularmente hobos (equivalentes, en cierto modo, a los linyeras argentinos), que vagaban por el país en busca de
alguna oportunidad. La excelente película de ficción Emperor
of the North (El Emperador del Norte), representa muy bien esa época en medio del
típico ambiente ferroviario de los trenes de carga con locomotoras a vapor.
Tandil es tierra natal y destino de los últimos días de quien se considera uno de los más famosos crotos, José "Bepo" Ghezzi. Con las anécdotas de sus años mozos, el escritor Hugo Nario "vida secreeta de un linyera", inspiración de la película mezcla con documental "Que vivan los crotos", de Ana Poliak, y otra de ficción "Bepo" de Marcelo Gálvez... el libro de Nario es imperdible y muy descriptivo de la vida de los crotos en su era de oro
ResponderEliminarEl libro original de Nario lo podés leer acá: http://www.crotoslibres.com/HugoNario.pdf
ResponderEliminarPara ver la película "Bepo" en Youtube: https://www.youtube.com/watch?v=Luhn4osDMBs
El link de la película "Que vivan los crotos": https://www.youtube.com/watch?v=3ejUTnnutaE
En ese orden de recomendación
Alguien tiene el pdf del libro de Nario para pasarmelo, esta caida la pagina hace mucho y no lo puedo continuar. Gracias!
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