Partamos entonces en nuestro viaje desde el punto que
podemos observar en la foto de arriba: la intersección de la Avenida Santa Fe y
las vías del Ferrocarril Central Argentino, donde hoy se ubica la estación
Carranza. Por supuesto, la imagen no se parece en nada a su panorama actual,
especialmente por el gran túnel automotor construido en las últimas décadas de
siglo XX. Pero muy cerca de allí, hacia 1945, había un cine denominado Nacional, y junto a él un cafetín cuyo
nombre se perdió en el tiempo, pero que sus parroquianos recordaron siempre por
la profusión de mesas para jugar a las cartas, con paño incluido. Otros sitios de la época sobre la Avenida Santa
Fe fueron el Café Maldonado (4846),
el café y restaurante Las Azucenas (4820) y el Café Falucho (esquina SO de Humboldt).
Plaza Italia es el otro punto de nuestro interés. El nombre
del paseo fue consecuencia de la instalación del monumento a Garibaldi en la hasta entonces Plaza de Los Portones
(2) La majestuosa estatua, donada a la ciudad por los residentes italianos, se
inauguró el 19 de junio de 1904. El
lugar fue un sitio abierto al paso público desde muy antiguo, y su importancia
se acrecentó a partir de la gran afluencia de gente a la primera Exposición de
la Sociedad Rural Argentina, que se realizó en 1878. Siguió cobrando animación
con la creación del Jardín Zoológico en 1890 y del Jardín Botánico en 1892. Siendo
una zona de paseos familiares, la gastronomía no tardó mucho en hacer su
aparición. Según el historiador Oscar Himschoot, uno de los primeros recintos
del ramo fue el abierto en Santa Fe y Serrano como confitería, bar y casa de lunch, que sus propietarios Boniforti y
Sánchez bautizaron como El Pedigree. Quizás
rememorando la antigua denominación de la plaza, a pocos metros era sito el Café Los Portones. Y finalmente, ya en
el límite que impone la intersección de Santa Fe con Scalabrini Otriz (antes
Canning), estaba emplazado el bar Atenas,
refugio de tangueros y malevos.
Sobre este último local, Himschoot recuerda que “uno de los habitués del Atenas era el Maco
Milani, niño bien, que se destacaba como gran bailarín de tango (…) Llevaba de
ladera a Joaquina Morán, interesante morocha que, además, era inteligente. Milani
era pintón y distinguido, de peinado liso y de cutis blanco. Los años le dieron
la biaba, porque terminó siendo un curda y perdiendo la línea. Así se escribía
la historia por esos tiempos y se iba formando Palermo, mezcla de bacanaje y
mistonguería, de laburantes y cafiolos, de mansiones y casa bajas…”
Notas:
(1) El reconocimiento popular como “Pacífico” de ese
ferrocarril ha perdurado hasta hoy, sobreviviendo más de medio siglo a la
nacionalización de 1949 que trastocó su gracia por “Ferrocarril General San
Martín”. El propio Puente Pacífico es una prueba de ello, pero también
podríamos agregar la Galería Pacífico de
la calle Florida (el edificio perteneció a la empresa del FCBAP en sus primeros
tiempos) y la estación “Mercedes Pacífico” de la ciudad homónima, identificada
así para diferenciarse de las otras dos que posee esa urbe bonaerense:
“Mercedes del Oeste” del FCO y “Mercedes del Trocha” (por trocha angosta) del FCCGBA. Aún hoy se levanta el viejo cartel
nomenclador en la estación del Pacífico con
la sigla aclaratoria P al final.
(2) El antiguo nombre
se debía a unos inmensos portones de entrada al Parque 3 de Febrero (creado en
1875) Daban frente a la actual Plaza Italia por Avenida Sarmiento y fueron
demolidos en 1917.
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