sábado, 6 de abril de 2013

Cafés, Fondas, Boliches y Bodegones en Puente Pacífico y Plaza Italia

No todos los nombres que les asignamos a los barrios de Buenos Aires son correctos. De hecho, algunos de ellos ni siquiera existen oficialmente. Sin embargo, nadie niega que hablar de “Congreso” es más preciso que referirse a Montserrat, o que “Once” tiene un significado geográfico mucho más específico que Balvanera, al menos en nuestros días. De ese modo, la costumbre de encontrar nuevas referencias dentro de los antiguos vecindarios ya constituidos creció a la par de la ciudad durante los últimos cien años. En esta entrada, justamente, nos vamos a referir a los locales gastronómicos que existieron en el pasado de dos zonas vecinas con características toponímicas del tipo señalado: Puente Pacífico y Plaza Italia, ambas pertenecientes al veterano barrio de Palermo.


Partamos entonces en nuestro viaje desde el punto que podemos observar en la foto de arriba: la intersección de la Avenida Santa Fe y las vías del Ferrocarril Central Argentino, donde hoy se ubica la estación Carranza. Por supuesto, la imagen no se parece en nada a su panorama actual, especialmente por el gran túnel automotor construido en las últimas décadas de siglo XX. Pero muy cerca de allí, hacia 1945, había un cine denominado Nacional, y junto a él un cafetín cuyo nombre se perdió en el tiempo, pero que sus parroquianos recordaron siempre por la profusión de mesas para jugar a las cartas, con paño incluido.  Otros sitios de la época sobre la Avenida Santa Fe fueron el Café Maldonado (4846), el café y restaurante Las Azucenas  (4820) y el Café Falucho (esquina SO de Humboldt). 


Algunas cuadras en dirección al centro, llegamos a la que en otros tiempos supo ser una encrucijada múltiple entre el arroyo Maldonado, la Avenida Santa Fe y el Ferrocarril Buenos Aires al Pacífico (1), constructor en 1908 del viaducto ferroviario que terminó perpetuándose bajo la designación de “Puente Pacífico”. En la esquina NO de Santa fe y Juan B Justo se erigía un local que se remonta a la década de 1910, llamado La Paloma, famoso por su ambiente tanguero matizado con  reconocidas figuras de la vieja guardia de ese género musical. Y antes de cruzar el Puente Pacífico podemos girar la cabeza hacia otra esquina de gran importancia histórica, como lo fue la de Santa Fe y Luis María Campos (ex Camino de Las Cañitas). Ese lugar era el punto de un reducto célebre, conocido como  Café El Pino o Café del Agua Sucia. Curiosos rótulos para un comercio gastronómico, pero que tienen su sentido: el primero, porque en el fondo del terreno había una gran conífera visible desde varias cuadras de distancia, y el segundo, debido a una especie de gran charco de agua barrosa que se formaba, los días de lluvia, justo enfrente del café en cuestión. En la siguiente foto, La Paloma hacia 1959.


Plaza Italia es el otro punto de nuestro interés. El nombre del paseo fue consecuencia de la instalación del monumento a Garibaldi en la hasta entonces Plaza de Los Portones (2) La majestuosa estatua, donada a la ciudad por los residentes italianos, se inauguró el 19 de junio de 1904.  El lugar fue un sitio abierto al paso público desde muy antiguo, y su importancia se acrecentó a partir de la gran afluencia de gente a la primera Exposición de la Sociedad Rural Argentina, que se realizó en 1878. Siguió cobrando animación con la creación del Jardín Zoológico en 1890 y del Jardín Botánico en 1892. Siendo una zona de paseos familiares, la gastronomía no tardó mucho en hacer su aparición. Según el historiador Oscar Himschoot, uno de los primeros recintos del ramo fue el abierto en Santa Fe y Serrano como confitería, bar y casa de lunch, que sus propietarios Boniforti y Sánchez bautizaron como El Pedigree. Quizás rememorando la antigua denominación de la plaza, a pocos metros era sito el Café Los Portones. Y finalmente, ya en el límite que impone la intersección de Santa Fe con Scalabrini Otriz (antes Canning), estaba emplazado el bar Atenas, refugio de tangueros y malevos.


Sobre este último local, Himschoot recuerda que “uno de los habitués del Atenas era el Maco Milani, niño bien, que se destacaba como gran bailarín de tango (…) Llevaba de ladera a Joaquina Morán, interesante morocha que, además, era inteligente. Milani era pintón y distinguido, de peinado liso y de cutis blanco. Los años le dieron la biaba, porque terminó siendo un curda y perdiendo la línea. Así se escribía la historia por esos tiempos y se iba formando Palermo, mezcla de bacanaje y mistonguería, de laburantes y cafiolos, de mansiones y casa bajas…”

Notas:

(1) El reconocimiento popular como “Pacífico” de ese ferrocarril ha perdurado hasta hoy, sobreviviendo más de medio siglo a la nacionalización de 1949 que trastocó su gracia por “Ferrocarril General San Martín”. El propio Puente Pacífico es una prueba de ello, pero también podríamos agregar la Galería Pacífico de la calle Florida (el edificio perteneció a la empresa del FCBAP en sus primeros tiempos) y la estación “Mercedes Pacífico” de la ciudad homónima, identificada así para diferenciarse de las otras dos que posee esa urbe bonaerense: “Mercedes del Oeste” del FCO y “Mercedes del Trocha” (por trocha angosta) del FCCGBA. Aún hoy se levanta el viejo cartel nomenclador en la estación del Pacífico con la sigla aclaratoria P al final.


(2) El  antiguo nombre se debía a unos inmensos portones de entrada al Parque 3 de Febrero (creado en 1875) Daban frente a la actual Plaza Italia por Avenida Sarmiento y fueron demolidos en 1917.

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