viernes, 16 de marzo de 2012

Cigarrillos y política

Todos conocemos bien los métodos actuales de propaganda electoral, desde las costosas campañas en los medios masivos de comunicación hasta los "chupetes" de la vía pública, pasando por la menos onerosa distribución de panfletos o los vehículos con altoparlantes que recorren diferentes poblaciones del país. En contraste, poco se conoce acerca de las modalidades de difusión política propias de las últimas décadas del siglo XIX y las primeras del XX. Muchos se sorprenderán, tal vez, al saber que la creación de marcas propias de cigarrillos era uno de los sistemas más difundidos al respecto en la República Argentina de antaño. Vale la pena reconocer que los tres ejemplos que citaremos a continuación son una prueba irrefutable de la popularidad del sistema y su buena respuesta ante el público, dado que los respectivos y encumbrados personajes involucrados alcanzaron a ocupar el sillón presidencial en todos los casos.
Cronológicamente hablando, el primer presidente en cuyo homenaje se creó una marca de cigarrillos fue Bartolomé Mitre (1821-1906), quien tuvo la responsabilidad de dirigir los destinos de la nación en el período 1862-1868. Así, la fábrica de Juan Posse puso en el mercado los "Cigarrillos Habanos Mitre" (1) en las variantes de 20 y 30 centavos el atado. Pero lo más interesante del caso fue que, hacia 1910, la compañía de tierras que este mismo empresario dirigía lanzó una original promoción por la cual se intercambiaban 500 marquillas de estos cigarrillos por un lote de tierra en la localidad de Juan Posse (actual Mariano Acosta). De ello da fe una publicidad de la revista Caras y Caretas del año 1909.


También hizo lo propio el general Julio Argentino Roca (1843-1914), presidente de los argentinos en los períodos de 1880-1886 y 1898-1904. Para la campaña electoral previa a las elecciones que lo consagraron al frente de la Casa Rosada en su segundo mandato, el zorro recurrió a los oficios del prestigioso tabaquero Eliseo Pineda, quien fabricó especialmente la marca de cigarrillos con su gracia y otras con frases alusivas al acontecimiento. Pero la cuestión no se agotó luego de su triunfo, sino que continuaron apareciendo nuevas etiquetas durante varios años, algunas de ellas con nombres de legisladores y gobernadores afines al partido.
Las dos imágenes a continuación pertenecen a sendos afiches promocionales de dos de los rótulos comerciales relativos a Roca: uno es "Santo y Seña" (con la bajada Roca o nadie) y otra es la marca "Roca" propiamente dicha. En la imagen de esta última se ve a una mujer (la República Argentina) leyendo las páginas de un libro que reza: "Historia 1898, Teniente General Julio A. Roca reelecto presidente de la República".



Muchos años después, en la década de 1930, la fábrica rosarina de tabacos Colón, de Fernández y Sust, a la vez que la manufactura porteña de Balza y Cía, crearon respectivamente las marcas "Don Hipólito" e "Irigoyen" (2)  para homenajear al ex presidente Hipólito Yrigoyen (1852-1933), que supo ostentar la primera magistratura nacional en los períodos 1816-1922 y 1928-1930. Las denominaciones comerciales de marras tuvieron un singular éxito hasta el final de esa década tan controvertida de la vida política de los argentinos.


En diferentes épocas, existieron asimismo los cigarrillos Sarmiento, Carlos Pellegrini y San Martín, entre otros, pero hemos querido reflejar esta particular manera de proselitismo propia de los tiempos pasados a través de sus tres ejemplos más célebres.

Notas:

(1) Ya hemos aclarado esto antes, pero es importante destacar que la denominación "cigarrillos habanos" no implicaba entonces que fueran puros ni nada por el estilo, sino sólo que estaban hechos con un tabaco negro  considerado similar al tabaco cubano. En algunos casos (no creemos que en los citados arriba, por ser marcas populares y económicas), los productos se hacían realmente con tabaco importado de Cuba.
(2) La marca se llamaba "Irigoyen" y no "Yrigoyen", a pesar de que esta última forma es reconocida como la correcta. El propio Yrigoyen, no obstante, escribía su apellido de las dos maneras indistintamente.

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