miércoles, 21 de marzo de 2012

Menú de mar y tierra 2

La navegación marítima, fluvial o lacustre es el método de transporte más antiguo que existe. En nuestros días, este viejo sistema conserva toda su influencia en el ámbito de las cargas pero ha sido completamente derrotado en el segmento de los pasajeros. Afortunadamente, los cruceros de placer lograron conservar en algo la antigua tradición de movilizar personas a través de los mares del mundo, aunque sólo sea con fines meramente turísticos. Paralelamente, el transporte de viajeros mantiene también cierta vigencia en algunos casos específicos de trayectos pequeños, como el cruce de ríos y canales que conectan ciudades portuarias.
En ese orden de cosas, hacer una revisión del servicio gastronómico a bordo de los buques de pasajeros que arribaron a la Argentina a lo largo de los siglos XIX y XX es una tarea enorme, abordable sólo por alguna persona con acceso a documentación de las antiguas empresas navieras, siempre y cuando ese material aún exista y pueda ser objeto de investigación. Pero sí es posible, al menos, echar un vistazo sobre un puñado de ejemplares pretéritos del "menú de mar" con el fin de analizar someramente las distintas circunstancias, épocas y entornos que les dieron vida. Para ello vamos a tomar como ejemplo tres prototipos del siglo pasado, fechados en 1961, 1957 y 1931.
La historia del primer menú tiene que ver con los ricos antecedentes de su buque, el SS Uruguay (1). Este navío norteamericano fue construido en 1928 y botado como SS California para el servicio de pasajeros y carga en el pacífico. En 1937 fue rebautizado y pasó a efectuar periódicamente la línea Nueva York - Buenos Aires. Entre 1942 y 1948 estuvo asignado al transporte de tropas y más tarde regresó a su ruta civil, condición que mantuvo hasta su desguace en 1964.
El 25 de Mayo de 1961 se celebraba a bordo la principal fiesta patria de nuestro país con un menú compuesto por las sencillas entradas aspic de pollo, ensalada rusa y jamón glace, los principales crema de apios, langosta a la americana, medallones de lomo grillados, berenjenas a la romana y tomates provenzal, y el postre gateau argentino.




















Algunos años antes, el pequeño buque "Ciudad de Santa Fe" realizaba el trayecto Buenos Aires - Montevideo. En su salón comedor se podía disfrutar, según menú textual del 22 de Septiembre de 1957, de Feine Bismarck Heine (estilo alemán), consomé doble caliente o frío, crema conti, congrio poché con salsa mayonesa, pollo a la Vichy y roast beef a la inglesa. Tras estas propuestas de dudosa sonoridad internacional, la consigna estaba dada por los "quesos especiales" y los "postres varios", a saber: ananás del caribe, damascos, duraznos en almíbar, peras y cerezas de California. Interesantes resultan algunos otros puntos del repertorio en cuestión, como la oferta de "vinos extranjeros, champagnes y licores", además de "tabaco para pipa Dobelman" y "cigarros habanos". Finalmente, al pie, la siguiente leyenda: después de cenar visite el Salón Can-Can abierto hasta la madrugada.


Ahora bien, para referirse al último menú de esta serie marítima hay que hablar en otro tono, ya que se trata nada menos que del Cap Arcona, un verdadero transatlántico alemán de lujo que realizó la ruta Hamburgo - Sudamérica desde 1927 hasta 1939, cuando entró al servicio de la marina de guerra germana (2). En sus buenos años civiles, la nave tenía todo el confort propio de la época, incluyendo uno de esos majestuosos salones comedores que parecen más propios de un gran hotel que de un barco.


La carta de platos del Lunes 3 de Agosto de 1931 (presentada en alemán y en español) impacta por la calidad y complejidad de preparaciones típicas de una alta cocina europea combinadas con ciertas viandas muy tradicionales argentinas. Este fabuloso contraste, por ejemplo, se refleja en el caviar beluga o el hígado de ganso garni conviviendo con la cazuela de humita. Considerando que se trata de un testimonio digno de ser admirado, la imagen del menú va a su máximo tamaño para posibilitar una observación detallada.


Como decíamos al principio, poco queda de aquel esplendor naviero. Y si bien es cierto que los cruceros turísticos de hoy son capaces de emular el lujo de sus antecesores, la opinión del que suscribe  es que la emoción de una travesía no es la misma hoy que en aquellos años. Ni por asomo.

Notas:

(1) Para quien tenga el interés de seguir la cronología detallada de este buque existe una interesante página: http://www.moore-mccormack.com/SS-Uruguay-1938/SS-Uruguay-Timeline.htm
(2) El Cap Arcona terminó sus días de una manera enormemente triste y trágica, ya que fue hundido en la Bahía de Lübeck el 3 de Mayo de 1945 con más de 4000 prisioneros de los campos de concentración a bordo. Desde luego, preferimos recordarlo en su feliz etapa civil.

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