A partir de hoy comenzaremos a presentar con
periodicidad mensual un resumen antológico de las diferentes series temáticas
que subimos desde los inicios del blog hace poco más de tres años. El primer
turno le corresponde al compendio de los Viejos consumos en el cine
nacional, cuyas siete entradas constituyen un vehículo para analizar algunas escenas del séptimo arte argentino en sus mejores épocas. Ya en el
primer capítulo del repertorio, allá por el umbral del año 2012, decíamos lo
siguiente: “no sólo de libros se nutre la investigación histórica sobre los consumos del pasado. También el cine suele contener valiosos testimonios
acerca de las costumbres del ayer, a veces con un grado de detalle que ni los
propios registros escritos (por obvias razones visuales) son capaces de
ofrecernos”. Y es así, en efecto: las antiguas películas de la industria
cinematográfica vernácula nos han servido ampliamente en la evocación de muchos
pormenores de nuestro interés. Vamos entonces a ver cuáles fueron esas obras,
dispuestas en orden de publicación y con sus respectivos enlaces.
El Viejo Hucha (1942)
En esta extraordinaria pieza podemos observar una
escena específica con tres consumos prácticamente desaparecidos o muy poco
frecuentes en nuestros días: los ravioles de seso, el vino común en botellas de
litro con tapón de corcho y los cigarros toscanos. http://goo.gl/ZKsjo4
Pasó en mi barrio (1951)
Ya casi no quedan en nuestras ciudades los típicos
comercios que conjugaban las actividades de “almacén y fonda”. La cinta en
cuestión revive aquella modalidad mercantil a través de numerosas y bien
activas imágenes de un característico local en pleno funcionamiento. http://goo.gl/UD3d6B
La mentirosa (1942)
Otro tipo de negocio que desapareció hace mucho
tiempo (a tal punto que sólo los mayores y memoriosos pueden recordarlo) es el
de “bar automático”. La película de marras ofrece una visión inmejorable de
ello con toda su parafernalia de curiosos dispositivos para el servicio de
comidas y bebidas. http://goo.gl/iTtFNB
Puerto Nuevo (1936)
Con la crisis económica de 1930 surgieron en los
grandes centros poblados de nuestro país una serie de asentamientos precarios.
La zona costera aledaña al barrio de Retiro fue precursora involuntaria en ese
sentido, y allí se formó cierto prototipo comercial que perduró, modificado, en
las costumbres gastronómicas porteñas: los carritos de la
costanera. http://goo.gl/6T9yoW
Un guapo del 900 (1960)
Casi como un verdadero cliché de
la imagen más estereotipada del “guapo”, esta excelente película nos brinda un
cuadro en el que podemos apreciar varios consumos propios de la época: suissé
con goma, caña con limonada y vino tinto, todo ello enmarcado en un no menos
proverbial sitio de reunión. http://goo.gl/IKswhi
Mercado de Abasto (1955)
De todos los mercados que supieron funcionar en
Buenos Aires, el del Abasto dio lugar a un barrio adyacente con su propia
impronta histórica y cultural. La célebre cinta de marras transcurre casi
íntegramente en el portentoso establecimiento que le da nombre y en sus
proximidades. http://goo.gl/y2vSpR
No solamente existieron consumos de carácter
masivo y popular. Las clases más pudientes también acreditaban costumbres
cotidianas en sus maneras de comer, beber y fumar, que hoy han desaparecido.
Una larga mesa con dos solitarios comensales sirve como punto
de inicio a una escena invalorable en tal sentido. http://goo.gl/B0pzlB
Más de una vez señalamos que los antiguos
creadores del celuloide difícilmente hayan sido conscientes que con sus obras
nos legaban estos auténticos tesoros visuales. Pero eso no importa demasiado:
el hecho es que el fruto de su trabajo perduró y que aquí estamos nosotros para
disfrutarlo, examinarlo y tratar de comprenderlo en un sentido de remembranza
histórica.
En "Breve cielo", de David Kohon, del año 1969 también puede rescatarse algo de historia. La trama transcurre en la trastienda de un almacén de barrio y sin que esto sea preponderante le da cierta particularidad. Pero, además, muestra como ninguna película que yo haya visto, los lugares de diversión que había en las galerías subterráneas al Obelisco y también, algunas escenas de un típico baile de club de barrio.
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