

Como afirmamos en la primera parte del tema de referencia,
el análisis histórico de los años cincuenta y sesenta abre un espacio para el
asombro por la gran cantidad de avisos y diversidad de marcas de destilados,
con fuerte predominio del "Cognac" y algún que otro
"Brandy". Los mensajes redundan
en el tiempo considerado por partida doble,
tanto para añejarlo como para consumirlo con la debida tranquilidad. Los
registros gráficos nos muestran a los Cognacs
Le Noble ("todo a su tiempo"),
Otard Dupuy ("en la edad está la diferencia"),
Gran Lacrado Peters ("la sabiduría
del tiempo"),
Debrise
("nacido para una fecha especial"), y el Brandy
Shumir ("bueno es el brandy cuando el brandy es bueno"). A pesar de que las décadas de 1970 y 1980 significaron la explosión
final del vino común antes del derrumbe de la industria del gigantismo masivo,
las bodegas que elaboraban productos de alta calidad
no dejaron de poner sus esfuerzos
promocionales en los medios gráficos. En esta etapa es posible advertir la vida
paralela de marcas luego malogradas con otras que permanecieron en el mercado
hasta la actualidad, o con aquellas que cambiaron de propietario. Entre las
primeras, cabe destacar a los
Valroy de
Arizu, que protagonizaban un sobrio y casi espartano aviso donde simplemente se
mostraban sus cuatro variantes con el correspondiente año de cosecha: Borgoña
1974, Pinot Noir 1973, Cabernet Sauvignon 1972 y Pinot Chardonnay. Otros
"desaparecidos en acción" fueron los vinos
Círculo de Armas, elaborados por Gancia y presentados en una
vistosa publicidad a página entera de 1973 que rezaba: "Tenemos la tierra.
Tenemos la experiencia. Tenemos la gente que sabe. Tenemos el tiempo. Por eso
la calidad de los vinos finos Círculo de Armas, dentro de 10 años, será igual a
la de hoy". Quizás puede parecer mordaz decir que diez años después ni
siquiera existía la marca, pero es la realidad pura.

Las etiquetas de vinos que no perdieron vigencia son numerosas,
comenzando por Bianchi, que a principios de los setenta ya exhibía un cierto
aire vanguardista en sus mensajes gráficos. Para su reconocido Borgoña,
verbigracia, usaba la efectiva frase: "a buen entendedor, Bianchi
Borgoña".
Por su parte, San Felipe
recurría a la historia como fuente de renombre: “desde 1895 prestigiando la
industria vitivinícola argentina”. Rodas, en aquel entonces en manos de Cinzano, hacía un
uso permanente de los medios gráficos con variedad de mensajes, entre los que
se destacaban "Rodas, la plenitud del vino" y "Rodas, vinos muy
finos de casta y señorío". Aprovechando el auge del ajedrez, bodegas
Esmeralda
logró ver la oportunidad y
sacó un aviso con la foto de dos botellas de Valderrobles sobre un tablero,
junto a
la leyenda "Tablas: Valderrobles
Borgoña y Valderrobles Riesling. Tan excelentes el uno como el otro. Una jugada
maestra de Bodegas Esmeralda".
Por supuesto, la historia continuó su curso inexorable en el
marco de un profundo cambio de costumbres, mientras muchos de aquellas
publicidades iban pasando de moda y se dirigían rumbo a la oscuridad del
olvido. En el medio quedaron no pocas
bodegas y marcas, pero otras continuaron siendo testigos presenciales de
la vida de una industria que logró reinventarse a sí misma. Con todo, siempre
es bueno volver la mirada hacia atrás para ver la perspectiva del tiempo y
descubrir cómo eran las cosas no hace mucho, y a la vez hace tanto.
Hola, poseo una colección de bebidas antiguas a la que me gustaría tasar, entre ellas un gran coñac lacrado peters, como puedo comunicarme con usted, mi celular es +5492914295011
ResponderEliminarHola. Este es un blog de divulgación histórica, sin ninguna vinculación con tasaciones ni ese tipo de cosas. Saludos.
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