martes, 8 de noviembre de 2011

Historia de los toscanos Avanti 1

Los comienzos del siglo XX encontraron a la Argentina en una situación de profundas transformaciones económicas y sociales. Mientras el país se consolidaba como un exportador de productos agrícolas y ganaderos, grandes masas de inmigrantas llegaban a estas costas en busca de un porvenir. Para ese entonces, casi la mitad de la población total estaba compuesta por extranjeros, pero esa cifra superaba el 50% en la ciudad de Buenos Aires y otras urbes como Rosario o Bahía Blanca. Y dentro de la multiplicidad de nacionalidades que formaban el esperanzado grupo humano que diariamente hacía su arribo al puerto de Buenos Aires, la italiana ganaba cómodamente en número. En efecto, desde la década de 1880, la colectividad peninsular era la más importante en nuestro territorio, con presencia masiva tanto en las colonias y pueblos del campo como en las grandes ciudades.
En forma paralela, algunas empresas del mismo origen desembarcaron aquí con el propósito de encarar actividades de diversa índole. Si bien la radicación del capital italiano estaba muy lejos de igualar a los de otras procedencias, como los poderosos capitales ingleses y franceses, tuvo su representación en varios emprendimientos que hicieron historia en diferentes rubros de la producción y el comercio. Una de ellas fue la Compañía Introductora de Buenos Aires (CIBA), que se dedicó específicamente al ramo de la sal (bajo la marca aún vigente Dos Anclas), los textiles y el tabaco. Siguiendo esa corriente, en 1902 abrió sus puertas la fábrica de toscanos "Avanti" en el barrio porteño de Villa Urquiza, exactamente en la calle Guanacache (actual Roosevelt) 5621; era una enorme instalación que ocupaba toda una manzana empleando a 1500 personas en distintas actividades que incluían la recepción del tabaco (1), el secado (2), el despalillamiento, el armado y el embalaje con vistas a la comercialzación.


La marca alcanzó un éxito casi inmediato entre la colectividad italiana y también entre los fumadores argentinos. Desde hacía algunos años, la otrora floreciente industria de los puros estaba en franca debacle y es lógico suponer que las alternativas disponibles en el mercado se habían reducido drásticamente. Por eso, el lanzamiento del tipo de cigarro más popular en Italia, a un precio muy accesible y con un número de potenciales consumidores que se contaba en millones fueron las claves de semejante suceso.
Un gran incendio destruyó la fábrica en el año 1909 (3), pero tal era el empuje y las perspectivas de crecimiento del negocio que el edificio se reconstruyó totalmente en pocos meses. Para la década de 1920, Avanti era la marca de toscanos, y de cigarros en general, más famosa del país. Sus productos se vendían profusamente en Buenos Aires y todo el interior, además de llegar a los países vecinos (4), gracias a una amplia campaña de publicidad en la calle y los medios gráficos. Los toscanos Avanti aparecían vistiendo el frente de los tranvías y en carteles de todo tipo, además de ilustrar las páginas de diarios y revistas.



Mientras esto sucedía en Buenos Aires, la CIBA iniciaba a fines de la década de 1910 una fuerte campaña de colonización y desarrollo de plantaciones tabacaleras en la provincia de Misiones. El tabaco típico del auténtico toscano italiano es el del tipo Kentucky, abundante entonces en los tabacales de Estados Unidos y también en la propia Italia, pero prácticamente inexistente en nuestro país. Evidentemente, la firma tenía entonces un marcado interés por acercar su producto lo más posible al genuino sabor itálico. Un caso que hace las veces de ejemplo de esta situación, entre tantos otros (5), es el de la colonia San Alberto, en Misiones, donde la CIBA comenzó sus cultivos experimentales de tabaco Kentucky bajo la supervisión de especialistas traídos especialmente de USA, aunque los resultados exitosos tardarían mucho en desarrollarse. Mientras tanto recurría mayormente a la variedad llamada Criollo Misionero, un tabaco negro de sabor rústico pero suficientemente contundente para satisfacer a los curtidos fumadores de su exitosa marca. Algunos registros de la época calculan la venta de "Avanti" en 20 millones de unidades hacia el año 1925, y el crecimento de la demanda no se detenía...

                                                                  CONTINUARÁ...

Notas:

(1) No hay dudas de que la CIBA se surtió de tabaco misionero desde la década de 1910 hasta la desaparición de la fábrica Avanti a fines de la década de 1950, pero resulta una incógnita saber cuál era el origen de la materia prima en sus primeros años, al menos hasta 1915, ya que no había tabacales en una provincia de Misiones aún inhóspita, poco conocida y mucho menos colonizada. ¿Sería de Tucumán, de Corrientes, de Paraguay, o acaso un mix de todos ellos? ¿Se importaría tabaco de Brasil, que era un gran proveedor de la industria nacional? Es un punto que estoy tratando de investigar.
(2) y (3) Una crónica periodística de ese tiempo asegura que el incendio de 1909 se originó en el sector de "secado" del tabaco. Y aquí surge otro interrogante: ¿se tostaría el tabaco a fuego y humo de leña en los primeros tiempos, tal como se hace con il vero toscano? La hipótesis no es descabellada si tenemos en cuenta el interés de la CIBA por "italianizar" el estilo de sus cigarros y el hecho de que (también según testimonios de la época) gran parte de los empleados eran italianos, quizás conocedores del proceso de fabricación en su país natal.
(4) En el mensuario estudiantil uruguayo "Renacimiento" de fecha septiembre de 1924 aparece un aviso de toscanos Avanti y su importador exclusivo Jaime Marques.
(5) La cantidad de pueblos, aldeas y colonias misioneras en donde la CIBA producía o compraba tabaco era ciertamente grande. San Alberto es sólo un ejemplo entre tantos, como Wanda, El Dorado y otros muchos.

4 comentarios:

  1. Estos cigarros son un recuerdo de infancia.
    Apestaban y muchos consumidores lo mantenían apagado y lo roían poco a poco.
    No había verdulero del Mercado de Abasto que no los consumiera

    ResponderEliminar
  2. ESTA FABRICA LA TRAJO MI BISABUELO,, GAETANO STURLA A LA ARGENTINA, ENVIADO POR SU PADRE,, STFANO BARTOLOMEO STURA, GENERACIONES FABRICANDO HABANOS, TOSCANOS Y CIGARRILLOS Y SIGUEN EN ITALIA, COMO HACEN 600 AÑOS O MAS Y ESTOY ORGULLOSA DE ELLO

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Patricia, quería preguntarte si tu bisabuelo trabajaba en Buenos Aires o en Misiones. saludos

      Eliminar
  3. Me encanta éste blog! Sigan así!

    ResponderEliminar