Aunque un poco irregular en su desarrollo cronológico, hoy
finalizaremos la serie de cuatro entradas sobre los productos del comercio mayorista
y minorista apuntados en el censo que se realizó el 15 de septiembre de 1887 en
la entonces cambiante urbe porteña. Desde marzo hemos venido analizando todo tipo de artículos de cocina, productos envasados, especias, panificados, dulces e infusiones, siempre con la sorpresa de encontrar una batería de etiquetas y presentaciones importadas cuya calidad y cantidad resulta remarcable. Las
bebidas que nos ocupan en esta ocasión no se quedan atrás, dado que entre ellas hallamos algunos nombres casi mitológicos en la historia mundial del sector. Podemos
afirmar sin miedo a equivocarnos que el grupo de los bebestibles representa,
más que ningún otro, esa inclinación por lo suntuario y lo fastuoso que tanto
agradaba a las clases acomodadas de la época.
En la lista se aprecian ciertas supremacías regionales
bastante lógicas, como el claro predomino de Alemania e Inglaterra en las
cervezas, de Italia en el Fernet y de Francia en los vinos. Sin embargo, este
último elenco es el más asombroso a nuestros ojos actuales, toda vez que cuenta
con varios baluartes de la aristocracia enológica internacional cuyo renombre
de leyenda perdura hasta nuestros días. Es justo señalar que los productos
originarios de la industria nacional argentina no faltan en casi ninguno de los
renglones, lo que indica el incipiente desarrollo de una actividad cuya envergadura se haría bien notoria en la
década siguiente, tal cual hemos apuntado más de una vez. Tampoco pasamos por
alto la presencia de un par de brebajes tan de moda en ese tiempo como
ignorados en la actualidad: el guindado y
el extracto de tamarindo (1).
Como siempre, traté de reflejar los nombres de manera
textual, con excepción de los errores ortográficos evidentes (que no eran
pocos). Así, la lista es la siguiente:
Aguardientes y cañas:
aguardiente
americano, aguardiente báltico (x galón). Cañas: Brasil, Habana, Mauricio, Tucumán.
Ajenjos: Silliman, NP, Berger.
Anís: del
país, Anisette, Carabanchel, Macaco, Mono, Ojen.
Aperitivos y vermouths: Aperital, Cherry Cordial Peter Jurgenzen, Cherry Cordial Peter
Herenges, Hesperidina, vermouth francés, vermouth italiano, Ginger Ale, Ginger Punch Chayton Brothers, Ginger Tonic Lemonade
Chayton.
Bebidas sin alcohol: extracto de Tamarindo, jugo de lima, jarabe
de frutas para refrescos, Potass Water Chayton, Seltzer Water, soda inglesa.
Bitter: Angostura, Secrestat, Puyastier, Des
Basques.(2)
Cervezas: genéricas x docena (alemana, holandesa,
inglesa). Alemanas: Münchner Kindl,
Mainz blanca, Culmbacher negra. Inglesas: Bass blanca, Ñato blanca, Magnolia blanca, Magnolia negra, Guiness
Chancho negra, Stout Porter. Del país Bieckert Doble, del país Bock Ale.
Cognac: Ardilla, Capuchino, Charchy, Hennessy, Fine Champagne, 5 Estrellas 1865, Fine Champagne 1832, León, Mariposa, Martell, Martell Parry,
Otard Dupuy.
Fernet: Branca, De Vecchi, Visconti.
Ginebras: en damajuanas de 1 y 3 galones. Embotelladas:
Ancla Chica, Doble Ancla, Campana, Las
Armas, Néctar, Old Tom, Paats, Real, Rosenthal, Winyard Fockink.
Licores y destilados:
Benedictine, Curaçao (colorado M y Brissard, doble, blanco W. Fockink), Cacao,
Chartreuse Verde, Chartreuse Amarillo, Guindado de Patagones (3), Gilka, Kermann, licores cremas (cacao,
ananá, moka, té, nuez, vainilla), Marraschino de Sara. Rones: Monada, Jamaica Corazón Colorado, W y L de
30 grados.
Vinos: España: Garnacha, Cariñena, Selva, Moscatel, Mesa,
Priorato, seco Catalán, seco Málaga, tinto, Carlón, Priorato Costa, Deu, RF, M,
Escudo Argentino, Añejo Extra. Jerez: SCA
seco, Precioso, 3 Estrellas, 4 Estrellas. Francia: seco Cette, Bordeaux (en bordalesas). Margaux Lande, Chateau Galan, Chateau Biré, Chateau
Beauchamps, Haut Sauternes, Chateau Larose, Chateau Palmer, Lebarde, Leoville,
Chateau Latour, Margaux Cooperativo, Margaux Mallman, Margaux Larronde, Cotes
Cooperativo, Chateau Palmer, Pontet Canet, Saint Julien Cooperativo, Saint Emilion, St. Estephe, Chateau Yquem, Chambertin, Chablis, Clos de Vougeot,
Pommard. Champagnes: Viuda de
Clicquot, Roederer Carte Blanche, Roederer D’Or, Roederer Gladiateur, Roederer
Cristal, Mumm Extra Brut, Noral Carte Blanche. Italia: italiano genérico (bordalesas), Asti, Chianti. Alemania: Schloss Johannisberg, Ruedesheimer,
Ruedesheimer Berg, Mosel. Portugal: Oporto
Cooperativo Nos 1, 2, 3 y 4, Oporto N, Oporto 3 Estrellas, Oporto 4 Estrellas,
Oporto 1871 Alto Douro, Madeira Especial 1870. Argentina: Mendoza blanco, Mendoza tinto (en cascos),
Belgrano, Moscatel, Lágrima, Cordillera, Pampa, Chateau Castro, Cordero,
Lágrima de San Juan.
Whiskys: escoceses (Garnkirk,
Walker, Higgins), irlandés.
Lo dicho: ¿quién hubiera imaginado semejante oferta de bebidas en las estanterías de la Buenos Aires decimonónica? Sin embargo, el asombro inicial se desvanece si tenemos en cuenta el adecuado contexto
histórico. Hablamos del decenio de 1880, cuando nuestro país se abrió como
nunca antes a la inmigración extranjera, incluyendo muchas de sus costumbres, sin olvidar la variada gama de clases y tipos sociales que poblaban el
territorio patrio. Por lo tanto (y casi como una conclusión final), no debe
sorprendernos demasiado lo visto en la serie que estamos terminando. Después de todo, no hace más reflejar ese mismo carácter cosmopolita de la población, así
como el amplio espectro de condiciones sociales, desde los más ricos hasta los
más pobres, pasando por todas las instancias intermedias.
Si alguien se pregunta que comían y bebían nuestros
bisabuelos y tatarabuelos, los productos del Censo 1887 de la Ciudad de Buenos
Aires constituyen una buena aproximación a la correspondiente respuesta.
Notas:
(1) El Tamarindo es un árbol tropical cuya presencia en
Argentina resulta bastante común. La pulpa del fruto es utilizada como especia
picante y para la elaboración de
refrescos. Aunque desaparecida de nuestro país, esta última práctica sigue
siendo habitual en Centroamérica.
(2) Hace algún tiempo encontré cierto texto italiano de
fines del siglo XIX donde aparecen los amari
(amargos) más famosos de Europa (confieso que hice la captura de imagen que
me interesaba y después perdí toda noción de dónde lo había ubicado, pero creo
recordar que era una guía de viajero). Entre los nombres hay varios mencionados en el Censo 1887 y algunas
marcas que aparecen en el libro de stock del Ferrocarril Sud de 1898 que
reseñamos hace tiempo. Además del repertorio en sí mismo, lo bueno es que se
menciona la localidad de origen de cada etiqueta.
(3) Se refiere al de Carmen de Patagones, famoso desde la
época de los primitivos colonos maragatos.
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