viernes, 28 de octubre de 2011

La edad de oro de los puros argentinos 1

Para todos aquellos que gustan de investigar el pasado de los consumos argentinos, existe un libro referencial en lo que a tabaco se refiere. Se trata de la Historia del tabaco, de Juan Domenech, editado por la vieja editorial Peuser en el año 1941. Lo bueno de la obra es que su autor era un veterano del ramo desde su más temprana edad, cuando comenzó como despalillador de tabaco en la gran fábrica "La Proveedora", allá por el año 1893. Precisamente en ese tiempo se ubica Domenech en uno de los capítulos de su libro, en el que rememora la gran cantidad de establecimientos fabriles tabacaleros que existían por entonces, y especialemnte aquellos que se dedicaban a la confección de puros, cuyo número y envergadura convertía a esa poderosa industria nacional en una de las más importantes de la región y el mundo.


Según este prestigioso personaje (en 1940, mientras escribía el libro, Domenech ya era un destacado directivo de importantes fábricas de cigarrillos y miembro de las principales agrupaciones empresariales de la actividad), hacia principios de la década de 1890 "existían centenares de fábricas y talleres que daban  bien remunerada ocupación a millares de obreros y empleados (1). La industria de cigarros de hoja estaba en pleno apogeo y en esta capital (Buenos Aires) centenares de talleres producían una elaboración de excelentes puros que consumía nuestro mercado y alcanzaba una regular exportación para países sudamericanos y algunas plazas de Africa del Sur y de Europa".
Este es el primer dato que impacta. ¿Cuántos argentinos saben, incluso aquellos aficionados a los puros de calidad, que su país supo ser, hace más de cien años, una potencia cigarrera de hoja, incluyendo la exportación a ciertos mercados contados entre los más exigentes, como los del Viejo Mundo? Pero eso no es nada, si se lo compara con la posterior enumeración de casas, lamentablemente reducida a la memoria del autor (que para el año 1940 ya contaba con alrededor de 60 años), pero no por ello menos remarcable.
Continuarermos entonces, sin más interrupciones que algunas imágenes ilustrativas, con el relato de Domenech: "Esta industria alcanzó una vasta producción del tipo fino de cigarros llamados "imitaciones", ya que eran una perfecta imitación de los puros de Cuba, Holanda, Bremen y Hamburgo. (...) Estos puros estaban elaborados con los mejores tabacos habanos, Brasil, Tucumán  y en menor proporción Misiones y Corrientes, para tipos de inferior calidad" (2)



"Aun viven claros en la memoria de los viejos cigarreros y constará en los archivos de la Administración de Impuestos Internos, los recuerdos de hace 45 años, cuando existían aquellas numerosas fábricas de cigarros que se llamaron "El Telégrafo", "Fábrica Nacional de Tabacos", situada en su propio gran local de la calle Castelli 250. (3) Era una poderosa sociedad anónima dedicada a la fabricación de cigarros de hoja y más tarde a toda clase de elaboración del tabaco. En esa fábrica trabajaban no menos 1.000 hombres y 600 mujeres, produciendo millares diarios de puros de variado vitolario y calidades.
"La Perla de Cuba", de Don Carlos María La Rocha, fábrica de producción fina que elaboraba "en habano"; trabajando en esa casa, situada en la esquina de Saavedra y Rivadavia no menos de 300 obreros. "La Vencedora", gran fábrica de tabacos de Don Pedro Somay, donde además de sus tabacos y cigarrillos se elaboraban cigarros para el interior. Situada en su amplio edificio de Santiago del Estero y 15 de Noviembre, tenía ocupados regularmente de 400 a 500 obreros elaborando puros de mediana calidad."



"¿Quién de los viejos fumadores no recuerda la famosa casa Daumas, situada en la calle Cangallo al 700? Cigarrería de lujo y fábrica de puros finos y de los acreditados cigarrillos Daumas y Tip Top. En sus talleres siempre hubo abundante labor y daba ocupación a unos 200 obreros cigarreros de hoja. "La Virginia", fábrica de cigarros puros y de toscanos de Don Donato Didiego (padre), que estaba ubicada en la calle San José 2140, con talleres que ocupaban a unos 600 obreros, hombres y mujeres; estas últimas hacían los cigarros toscanos y brisagos (4), que fueron famosos".
"La Magnolia", de Lloveras, Lloredas y Cía, situada en la esquina de Pasco y Méjico; en esta fábrica solamente se elaboraban cigarros puros de toda clase de vitolas y calidades y daba trabajo permanente a más de 800 hombres y mujeres. "Loureiro Ubal y Cía.", gran fábrica de cigarros puros que daba ocupación a unos 200 obreros. "La hija del Toro", poderosa fábrica de Agustín León y Cía, situada en Cangallo entre Artes (5) y Suipacha, producía toda clase de elaboraciones de tabaco y tenía amplios talleres donde varios centenares de mujeres hacían cigarros de hoja de tipo barato. "El Toro", fábrica similar a la anterior que producía cigarros baratos ocupaba no menos de 100 obreros y estaba situada en Victoria 650". (6)



¿Creen que eso es todo? No, para nada. Esta entrada es apenas la primera de una serie de al menos tres (quizás más) sobre esta "edad de oro" de la industria argentina de puros, donde continuará la extensa enumeración de fábricas existentes en la década de 1890. Y vale la pena hacer algunas reflexiones. En primer lugar, la envergadura de la industria se evidencia en la enorme cantidad de obreros involucrados en cada establecimiento (que puse en negrita para resaltar), con números que superan holgadamente a los de muchas de las grandes fábricas cubanas actuales. En segundo, salta a la vista el contraste entre esta realidad de 1890 y la existente apenas unos cincuenta o sesenta años antes, época de la manufactura individual y ambulante, según vimos en la entrada anterior. Sin dudas, la historia del tabaco argentino va de la mano de la propia historia del país y pone de manifiesto el formidable caudal inmigratorio arribado por esos años, el cual, junto a los adelantos propios de la época (como el vapor, la electricidad, el ferrocarril y otros), lograron forjar industrias prósperas en todos los rubros que nos interesan en este blog: tabaco, bebidas y alimentos. Ya tendremos tiempo de hablar de eso, y de continuar con este interesantísimo relato de Juan Domenech.

                                                               CONTINUARÁ...

Notas:

(1) Según otras fuentes consultadas, el Censo Nacional de 1895 acusa un total de 400 "fábricas de tabaco", donde seguramente se agrupan grandes establecimientos y muchas pequeñas cigarrerías que hacían alguna elaboración propia y artesanal de puros y cigarrillos.
(2) Domenech se refiere a los tipos más conocidos de tabaco según la nomenclatura común de la época, que los rotulaba según su provincia o país de origen. De todos modos, por ejemplo, en el caso del tabaco "habano" existían una importación directa de Cuba (no nos referimos a los cigarros terminados, sino al tabaco en rama) y una propia producción de cultivos locales en Tucumán, Corrientes y Misiones.
(3) No es muy seguro guiarse por la numeración de las calles porteñas de entonces (por si alguien tiene la inquietud de pasar por tales direcciones, donde obviamente ya no existen aquellos edificios), dado que en ese mismo año al que se refiere Domenech (1893) se realizó un cambio que llevó a la actual nomenclatura. Por eso, es difícil saber si se refiere a la antigua o a la nueva, o a ambas según el caso.
(4) Los cigarros brisagos tienen su origen en un cantón homónimo (aunque con doble s) del sur de Suiza. Allí existió durante décadas una manufactura de Toscanos, por lo que es lógico inferir que se trataba de cigarros parecidos a éstos. En otros testimonios y documentos históricos argentinos que obran en mi poder (y de los que nos ocuparemos debidamente en el futuro), aparecen los cigarros brisagos. La siguiente es una foto de una antigua caja de toscanos italianos Toscanelli (toscanos presentados en mitades o "mezzo toscanos"), hechos en la fábrica de Brissago.



(5) Actual Carlos Pellegrini.
(6) Actual Hipólito Irigoyen

3 comentarios:

  1. Nunca me imaginé que Buenos Aires hubiera sido alguna vez una "potencia cigarrera" incluso exportadora y que empleara a tanta gente "...con números que superan holgadamente a los de muchas de las grandes fábricas cubanas actuales." Increíble.

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  2. Qué historia tan interesante la de los puros argentinos. Buenísimos los artículos. Muchas gracias por publicarlos.

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