Villa de Parque y Villa Devoto son dos barrios muy conocidos
del noroeste de la Ciudad de Buenos Aires. Si hablamos del primero, su nombre
deriva de la proximidad con el otrora llamado Parque del Oeste, es decir, la zona que hoy denominamos Agronomía. Como solía ocurrir en ese
entonces, fue el emplazamiento de la estación del Ferrocarril Buenos Aires al
Pacífico (actual San Martín) lo que dio origen a los primeros loteos de tierras
con fines urbanísticos, que comenzaron en 1907 y 1908 a cargo de la firma
Guerrico y Williams. Pocos años más tarde, la llegada de las líneas de
tranvías (luego colectivos) 83 y 84
consolidó el incipiente establecimiento de habitantes y comercios, en especial
almacenes de ramos generales con despacho de bebidas. Según los registros
históricos barriales, uno de los pioneros fue cierto ejemplar llamado El
Globo, situado en la calle Melincué 3219. Su amplio depósito contenía los
más diversos materiales, tanto de uso gastronómico como de mercaderías en
general.
Bastante después surgieron locales de mayor especificidad en
cuanto a rubro, como el café y bar Monterrey,
de Nazca y Álvarez Jonte, que
abarcaba toda la esquina con un toldo de lona que rápidamente era recogido
cuando comenzaba a llover. Sus propietarios eran los hermanos López, y en su
interior se podía apreciar la cafetera a vapor niquelada, así como amplios
espejos que “agrandaban” las dimensiones del local. En Nazca al 2900 existió
una especie de fonda que hacía las veces de bar y restaurante: era La Gran Cantina Italiana, frecuentada casi siempre por obreros de esa nacionalidad. Sus instalaciones incluían una
glorieta con glicinas y dos canchas de bochas al estilo más típico,
especialmente por el contador de tantos en madera con números rojos escritos
burdamente a mano. Otros recordados son el Café
y Bar Bijou, ubicado junto al cine teatro homónimo (Cuenca 2732) y el Café y Bar Macías, de Nogoyá 3258. Este
último también contaba con su cancha de bochas, a la que concurrían los
trabajadores del Mercado Municipal sito en Cuenca y Nazarre.
El vecindario de Villa Devoto posee una historia
relativamente similar en cuanto a su antigüedad (principios del siglo XX), aunque tenía un
reducto pulpero cuyo origen es anterior a los inicios de la urbanización.
Hablamos de El Antiguo Cimarrón, que
se mantuvo por más de un siglo en la esquina de Avenida San Martín y Fernández
de Enciso. En sus comienzos, todo a su alrededor era campo y resultaba una
parada obligada para las carretas que venían desde Cuyo, como también para los
lecheros vascos que iban hacia la localidad de San Martín. Otro local del mismo
tenor fue La Figura (José Pedro
Varela y Lope de Vega), en cuyo frente había grandes bebederos de zinc –con
molino de viento propio- para uso de los animales que formaban los arreos
provenientes de la provincia. Como casi todas las de su mismo género, estaba
construida en adobe y sus pisos eran de tierra, que se regaban regularmente
para evitar las polvaredas generadas por las alpargatas de los paisanos.
Con el correr del tiempo se instalaron muchos otros comercios pertenecientes a la actividad, entre los cuales destacamos los siguientes:
Con el correr del tiempo se instalaron muchos otros comercios pertenecientes a la actividad, entre los cuales destacamos los siguientes:
- La Banderita, en
General Paz y Marcos Paz. El nombre se debe a la enseña patria colocada en un
mástil sobre su techo.
- Almacén de Cerbeto, sobre
la esquina de Lope de vega y Asunción. Solía organizar fiestas los días
domingos con juegos de taba, bochas, sapo y carreras cuadreras.
- La Palmera (Bermúdez
casi José Luis Cantilo) Debía su denominación a la enorme palmera que se alzaba, algo insólita, en la vereda del lugar.
- Rugby Bar, muy
frecuentado por los integrantes de la colectividad inglesa. Poseía una gran
glorieta.
- Rodis Bar, en Fernández
de Enciso llegando a Nueva York. Famoso por las grandes reuniones políticas que
allí acontecieron.
- Café y Bar Alemán, dotado
de cancha de bolos. Su propietario original, Juan Schramal, era un patriota
germano de la vieja guardia que atesoraba el retrato enmarcado del Kaiser Guillermo II en una de las
paredes.
Por supuesto, no se puede completar una reseña barrial de
Villa Devoto sin mencionar al Café de
García, aún hoy existente y declarado bar
notable por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Inaugurado por 1950
en su misma ubicación actual (Sanabria y José Pedro Varela), cuenta en nuestros
días con una colorida ornamentación de objetos, fotos, carteles y todo tipo de
adornos antiguos. El letrero en su entrada, que incluye los nombres de Metodio y Carolina, alude a los padres
de los propietarios. Es uno de esos lugares que deberían ser visitados aunque
sea una vez, con tranquilidad y espíritu
de observación, para tomar un café como en los viejos tiempos.
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