Sin tener la riqueza cronológica que atesoran otras grandes
arterias porteñas (con Corrientes a la cabeza), la Avenida Sata Fe se
constituyó como un lugar de caminatas y paseos desde los comienzos del siglo
XX. El paso de los años vio nacer allí una notable cantidad de bares, cafés y
confiterías del tipo más bien
distinguido, acorde a la composición
social de la población radicada en los barrios adyacentes. Ello no es de
extrañar, puesto que fue paralelo al crecimiento experimentado en la zona
durante ese período. En los años del centenario ya se podían transitar las
aceras de referencia y encontrar todo
tipo de locales comerciales que ofrecían los últimos artículos de la moda y el
progreso. La siguiente es una postal de 1911 que muestra las instalaciones de Azaretto Hermanos, un reconocido bazar y fábrica de artículos para
iluminación emplazado en la esquina de Santa fe y Callao (1).
Comenzando un hipotético periplo histórico desde Coronel
Díaz hasta Cerrito, el primer reducto cafeteril con un pasado remarcable es el
que cobija a la veterana Confitería
Tolon, aun hoy existente, que por el 1945 sabía convocar a las señoras para
el infaltable té de las cinco y a los caballeros para su vermouth o copetín de
los domingos por la mañana. Siempre yendo hacia el bajo, los tiempos pretéritos fueron testigos de las siguientes
presencias gastronómicas:
- Café Porteño, en
Santa Fe y Sánchez de Bustamante, que era un lugar de importantes reuniones
políticas.
- Confitería el Olmo,
emplazada en el año 1962 sobre la esquina de Pueyrredón. Fue sucesora de otra
anterior llamada Pedigree.
- Confitería América, a
la altura del 2450, punto de reunión para familias “distinguidas”, al decir de
los cronistas de esos años.
- Café de Francisco
Fabiano, por el 2402, inaugurado en 1910.
- Bar Record, en
el 2270, que supo ser sede de una Academia
de Billar. Sus dueños eran españoles (nada sorprendente): Álvarez y
Fernández.
- Confitería La Fe, en
la esquina de Ayacucho y muy cerca del Mercado
del Pilar, edificado en 1883 y existente hasta la década de 1970.
- Café de Paul, sobre
la intersección con Riobamba, considerado un refugio para noctámbulos y
asistentes al cercano Teatro Grand
Splendid.
- Restaurante Río Bamba, llamado exactamente así,
separado. Su plato distintivo era el Revuelto
Gramajo. Bajó la cortina en 1987.
- Confitería del
Águila, en Santa Fe y Callao, que funcionó allí entre 1916 y 1972. Amén del
bellísimo edificio que la cobijaba, cuenta con historial destacado, ya que
algunos de sus habitués fueron Alfredo
Palacios, Hipólito Irigoyen y Marcelo T de Alvear, entre otros. Entre sus
tesoros (rematados íntegramente luego del cierre) se encontraban vajillas de
porcelanas decoradas con el escudo nacional, platería añeja, manteles de hilo
de Holanda y las recordadas águilas de bronce que custodiaban la entrada.
Mención aparte merece un sitio que forma parte de la leyenda
del viejo Buenos Aires, llamado Petit
Café, sito en Santa Fe entre Callao y Riobamba. Según se cree, con
anterioridad, en el mismo lugar se ubicaba otro café de nombre Tokio. El hecho es que nuestro Petit
Café fue fundado en 1926 por un empleado de la Confitería del Águila, y en sus primeros tiempos sólo concurría
público masculino (algo muy típico de aquella época). Más tarde comenzaron a
visitarlo las familias, y por último se transformó en un comercio gastronómico
pionero por la presencia de señoras
solas. Una de las particularidades que lo inmortalizaron fue la
concurrencia, hacia principios de los cuarenta, de un nutrido grupo de jóvenes
opositores al gobierno de facto instaurado en 1943, que se vestían de manera llamativa y eran llamados petiteros, en referencia al café que nos
ocupa. Con los años, ese vocablo pasó a formar parte de la jerga popular para
referirse a todo aquello demasiado vistoso.
A pesar de estar muy venida a menos, la Santa Fe actual
conserva algunas partes por las que realmente vale la pena pasear y sentarse a
tomar algo. Una nueva generación de locales vino a reemplazar a la vieja
guardia del gremio, con algunos sitios verdaderamente remarcables, como la
librería y café El Ateneo, hoy funcionando en el viejo cine Gran Splendid. Lo
dicho: no es la avenida de antes, pero todavía luce bonita.
Notas:
(1) La casa central estaba ubicada en Cuyo 1901 (actual
Sarmiento), a la que se agregaban una “exposición” en Florida y Corrientes y
una “sucursal” en la esquina de nuestro interés. También tenía talleres sobre
la calle Riobamba. Una de sus obras más conocidas fue la gran araña instalada
en el Salón Blanco de la Casa Rosada, que todavía continúa allí. Las siguientes son imágenes de un pisapapeles
publicitario de la firma en cuestión y del mencionado artefacto eléctrico.
Hola, muy interesante las historias de cafes y confiterias. Te consulto, existía alguna confitería que se llamara Aguila Real? tengo vajilla de loza, con la imagen de un aguila y la letra R. ? Creo que algún familiar la compro en subasta de Comi Pimi. Gracias, Susana
ResponderEliminarNo tengo la respuesta en este momento, pero trataré de buscar el dato. Saludos.
EliminarGracias, buscando nuevamente, veo ahora tu respuesta.
EliminarExcelente. Algunas cosas me acordaba, pero no todas. Produce nostalgia apreciar cómo han cambiado muchas cosas; como han desaparecido lugares tan elegantes y representativos.
ResponderEliminarAllí tuve mi fiesta de casamiento en el año 1967 c. El águila
ResponderEliminarTambién estaba la Congiteria Pedigree, que tenía billares,frente a El Olmo, en la esquina de Santa Fe y Pueyrredon
ResponderEliminarYo también célebre mi boda en 1964
ResponderEliminarLo busque porque mi abuelo fue mozo de la confitería del Águila hasta que se jubiló y luego íbamos a comprar el pan dulce hasta su cierre el trabajo desde sus comienzos cuando solo lo hacían por las propinas era mozo español muchas gracias por la historia
ResponderEliminarUna vez hubo.un atentado con bomba en la entrada segun me conto mi padre pero no recuerda cuando fue.
ResponderEliminarQuiero hacer una salvedad en cuanto al Café Pedigree . En diciembre de 1908, en la esquina de Santa Fé y Serrano, se inauguró una "confitería, bar y casa de lunch" que sus propietarios, Boniforti y Sanchez, bautizaron "El Pedigree". Soy del barrio y conozco a uno de sus nietos. Por lo tanto me resulta extraño que haya estado en otro lugar, dado que los nombres de los negocios que estaban cerca del Hipódromo como el que nos ocupa tenían nombres asociados al turf. Ejemplo que todavía existe La Pizzeria Kentucky,
ResponderEliminarHola! Estoy buscando información/fotografía sobre una confitería ubicada en la esquina de la Av. Santa Fe y Pueyrredón. Mi papá me contó que él iba con su tía en los años 49,50.pero no se acuerda el nombre. En el fondo del salón tenía un pequeño jardín.Quisiera poder recrear con mis ojos a través de alguna fotografía de la época o algún texto puntual como el que acabo de leer. Muchas gracias!
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